Cuando realizamos una investigación, tenemos la necesidad de estructurar lógicamente nuestras ideas y planteamientos de investigación. Una de las principales formas de estructurar el pensamiento es la elaboración de definiciones (conceptos).
Tratando de comprender lo que es el Concepto, podemos llegar a los siguientes criterios: 1) Realizamos definiciones a partir de nuestra realidad hermenéutica, es decir, a partir del conjunto de conocimientos que adquirimos a lo largo de la vida consciente o inconscientemente, así como la dotación genética e historia genética del individuo, construimos nuestra realidad del mundo que nos rodea, y de esa misma manera creamos conceptos. Es por ello, que los seres humanos pensamos diferente, interpretamos en base a esa carga de conocimientos, etc. y tenemos la necesidad de llegar a acuerdos o consensos en común sobre ciertos temas. El lenguaje ahí juega un papel primordial; 2) Igualmente consecuencia del criterio anterior describimos los objetos a nuestra manera. Organismos como la Real Academia de la Lengua, recoge las acepciones o denotaciones de los conceptos, sin embargo solo son aproximaciones a los conceptos, no significa que sean las únicas definiciones válidas.
Uno de los métodos más antiguos para construir conceptos (pero no el único) es el método aristotélico, consiste en ubicar el género próximo del concepto, y la diferencia especifica con sus especies, por ejemplo:
Concepto: AMOR
Género Próximo: Sentimientos
Especies del Género Próximo: Amor, odio, bondad, rencor
Diferencia específica, en relación a las otras especies: Entrega incondicional desinteresada
Definición de AMOR: Sentimiento de entrega incondicional desinteresada
Así, podemos crear nuestros propios conceptos. En el lenguaje jurídico, existen conceptos jurídicos fundamentales, conceptos jurídicos esencialmente controvertidos, ambos tipos de conceptos son indispensables para comprender la ciencia del derecho, sin embargo sus características son ser ambiguos, vagos, polisémicos, etc. Las estipulaciones, son importantes porque limitan algunos de los problemas del lenguaje como la ambigüedad y la vaguedad.
Entonces, habiendo ubicado las circunstancias anteriores, al crear conceptos hay que estar conscientes de los problemas del lenguaje, de las distintas realidades hermenéuticas, y ubicarnos en los criterios de acuerdo ya existentes sobre el concepto y mientras más conocimiento previo tengamos mejor podremos describir el objeto, sino hay conocimiento no podemos construir conceptos.
CPLO
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